miércoles, 20 de agosto de 2014

De la pesadilla estética

Ayer fui a la peluquería.

Llámenme vieja escuela, antigua o lo que quieran, pero nunca pensé que eso pudiera ser tema para una nueva entrada en un blog.  Nunca lo pensé hasta ayer.

Realmente hace mucho que no iba a una a hacerme todo el mantenimiento que me hice ayer. Fui posponiendo la ida por diferentes motivos: trabajo, hijo, viaje, comida, ganas de quedarme tirada en la cama, lo que sea en vez de ir a esa terrorífica cita con un montón de mujeres.

Es raro, porque antes no lo veía así.  Cuando era joven (jaja) o niña mejor veía la ida a la peluquería como toda una aventura de relax y alegría en la que salía de allí con una sensación de satisfacción.
Luego de unas cuantas visitas a varios salones me di cuenta de que no se asemeja en nada a lo que soñaba que sería.

Cómo era posible que tantas mujeres salgan sonrientes y satisfechas del salón y yo no pudiera hacer las paces con una peluquera emocionada con las tijeras que me dejó un corte al estilo victoria beckham cuando le especifiqué "SOLO LAS PUNTAS"?? Y hacer las paces era ser amable, esa chica encabezó mi lista negra durante un año entero, el tiempo que tardó mi pelo en volver a crecer.

Así empecé a temer la ida al peluquero.

Aún así, en tanto crecía iban surgiendo nuevas tendencias. De repente ir a la peluquería no significaba solo cortarse el pelo, era todo un mundo de colores nuevos y limpiezas de cutis y manicuras y pedicuras.
Debo confesar que nunca fui a nada de eso.  Pero se escuchaba atrayente.

En el colegio las chicas empezaron a llegar con las uñas brillantes y con una rayita blanca en el borde. Me tomó todo el bachillerato entender que se lo hacían en los salones y no con corrector de bolígrafo...

Habiendo sobrevivido a la secundaria sin hacerme nunca una manicura nosé cómo me animo a salir del closet ahora.. Supongo que el coraje nace de lo poco visitado de mi blog (dos amigos y yo, y ambos me conocen lo suficiente como para darse cuenta de que aún a esta edad mis uñas no son un ejemplo de femineidad), pero más que nada por justicia: Dios sabrá cuántas chicas como yo habrá repartidas por el mundo, buscando en el pequeño larousse familiar el significado de "manicura" antes que correr el riesgo de preguntar ni a la mejor amiga... bueno, en esa época no había la accesibilidad del internet actual digamos, ahora ya se podría "googlear" y eso es una bendición porque dudo que ni el pequeño larousse ilustrado haya podido alguna vez explicarme que era un "shock de queratina"... que por cierto ni bien acabe de escribir voy a buscarlo.  Esas chicas deben saber que no están solas, que pasé por eso y sobreviví: mi primer manicura y pedicura fueron a los 20 años en casa de una tía... bueno, y que las dudas siempre estarán, porque cada vez surgen más cosas que entender y averiguar y que nosé porqué ni cómo, las chicas del salón juran que una nace sabiendo.

Allí reside el mayor problema creo yo, el desafío de entrar a un salón luego de meses de no ir a realizarse un combo, lo normal supongo: manicura, pedicura, brushing o cepillado, planchita.
Luego de haberme teñido el pelo azul en cuatro lugares distintos que me quemaron el pelo peor de una manera tan impresionante que los rayos UV del sol son nada más que caricias ahora.  Ya no podía nombrar pelo a la paja que tenía en la cabeza. Creo que en mis días de despeinada y gran viento cruceño asemejaba a una pequeña choza de jatata de esas que hay en la playa.

Así que así fue, cuando me quedé sin excusas para no ir, y estuve tan ociosa que hasta vi Wolverine Inmortal sola (muy buena pa qué) decidí no aplazar más la ida al salón.  Ya no aguantaba verme al espejo y sentirme fea.  Así que fui.

La peluquería a la que solía ir hace cuatro años es de otro nivel ahora, compró las dos casa vecinas y se expandió grandiosamente hasta convertirse ya no en una peluquería sino en un "complejo de estética", No está en el Larousse, ya lo busqué. Asumo que es otra manera de decir que son una peluquería grande ahora.
Al ser un día hábil y horario de oficina me felicité por encontrarlo casi vacío y no someterme a la mirada hilarante de las clientas asiduas que no deben saber lo que es comprar shampoo en el super ya que van cada dos días al salón.  Pero al recibir el escaneo de las dependientas me arrrepentí. Ahí no había como camuflarme o invisibilizarme con otras clientas, ahí era el centro de atención y al ver el estado de mi pelo de ayuda de todas. El blanco de opiniones profesionales respecto a qué fue lo que pude haber hecho para que mi pelo esté en un estado tan lamentable.
Opté por sincerarme y apelar a sus corazones e instintos maternales al soltarme el pelo frente a todas, mirarlas con pena y vergüenza y preguntarles qué aconsejaban para revivir ese cadáver que llevaba en el cráneo, que un abrigo de visón tenía más vida que mi cabello.  Al verlas sonreir con mi capacidad de reirme de mi misma, creí tener la batalla ganada, pero no.  Ahí nomás empezaron términos como shock de queratina, chocolaterapia, "lisuns" o algo así.. Como no entendía nada, y ya me había asesorado con una amiga antes de ir, sugerí un baño a la crema quizá... el estallido de risas a mi alrededor me recordó que no se dice así, no era la primera vez que cometía ese error, se dice "baño de crema"... no le veo la diferencia.

Al final decidieron que el tal "lisuns"  de lóreal era la mejor opción y como no había llevado mi pequeño larousse conmigo no me quedaba otra que aceptar y asentir con cara de "cómo no se me ocurrió antes, es obvio que esa es la solución".

Cuando me preguntaron mirándome con ojo crítico las manos si quisiera hacerme las uñas no lo dudé y dije que sí, solo para recordar al ver la cara de horror de la chica encargada de mis manos que el día anterior me cansé de andar rasguñándome por la falta de costumbre de tenerlas largas y arremetí con el cortauñas.. .

Ayer aprendí varias cosas:
que nosé cortarme las uñas
que no importa cuánto me asesore antes de ir al salón nunca sabré que es "lisuns" o lo próximo que inventen
que nosé que son las cutículas y nunca sabré que responder cuando me preguntan como las quiero...
que el salón es una excusa para deshacerse del poco dinero que tenemos a cambio de una oportunidad de vernos "bien"
que cuando no tengo idea de qué hablan solo asiento a todo (terminé comprando una crema con letras en francés y precio en libras esterlinas creo para ayudar al "lisuns" a recuperar mi pelo)
y quien sabe qué más aprenderé..

Esto sucede en todos lados, recientemente estuve en Paraguay y cuando creí encontrar al yeti afuera de mi ventana y me di cuenta de que en realidad era solo el espejo, decidí ir a depilarme las cejas.  Resulta que la cera es nociva y si bien era la mejor opción para no tener que acudir a esa tortura china tantas veces antes, ahora te descuelga la piel y te envejece... Entonces hacen "perfilado"..
Ya mi hermanita me había advertido de la nueva tendencia, así que me sentí preparada para ir y no sentirme fuera de lugar.. fracaso total.
Resulta que no importa cuán informada estés, si tus cejas están tan crecidas que parecés la hija perdida de frida kahlo con el papá del tipo de american pie, igual te miran con horror.

Supongo que para ir al salón hay que usar la misma estrategia que cuando vienen a limpiar a la casa:
Hoy viene la señora de la limpieza... DEBO LIMPIAR LA CASA ANTES DE QUE LLEGUE.

Saludos =)


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